Chase the Ace (lotería)
En 2013, la comunidad de Noel, Nueva Escocia, copió la idea de una recaudación de fondos en Inuvik para recaudar fondos para instalar focos en su campo de pelota. Fueron la primera organización a la que se le concedió una licencia para el juego en Nueva Escocia, y finalmente repartieron un bote de 209.752,50 dólares. En septiembre de 2015 se habían emitido en Nueva Escocia unas 300 licencias de lotería para los juegos Chase the Ace durante los doce meses anteriores. Durante 2015 se han celebrado loterías de éxito similar en Terranova y Labrador y en la Isla del Príncipe Eduardo.
En el verano de 2015, un juego en Inverness, Nueva Escocia, que comenzó en 2014, había acumulado un gran bote y atraía a grandes multitudes al pueblo -aproximadamente diez veces la población residente- y requería locales y aparcamientos adicionales, así como una torre de telefonía móvil temporal. Tras el evento del 26 de septiembre de 2015, cuando el bote había alcanzado casi 1,5 millones de dólares y no se extrajo el as de la baraja restante de seis cartas, los organizadores declararon que el sábado siguiente sería la fecha final de la lotería, con las reglas cambiadas para garantizar que se ganara el bote. Si el ganador de la lotería inicial no sacaba el as, se seleccionaría otro boleto, y el ganador recibiría un premio de consolación de 25.000 dólares y la oportunidad de sacar una tarjeta. Se realizarían más sorteos y premios de consolación de esta manera hasta que se eligiera el as. La decisión de poner fin al juego se tomó debido a la preocupación por la seguridad del público y la falta de instalaciones, como los lavabos. El as se extrajo finalmente de una baraja de solo tres cartas y el ganador obtuvo un bote de 1,7 millones de dólares.
A Chase the Ace en Sidney, Nueva Escocia, tuvo una importante participación, habiendo alcanzado un bote récord de 2,6 millones de dólares a fecha de mayo de 2016 y quedando cinco cartas. El 7 de mayo de 2016, el bote de 2,9 millones de dólares fue ganado por Kathy McPherson de Sidney. Los organizadores, así como McPherson (que anteriormente vivía en la ciudad) anunciaron su intención de donar parte de sus ganancias a los esfuerzos de ayuda para el incendio forestal de Fort McMurray.