Atrofia Progresiva de Retina
¿Qué es la Atrofia Progresiva de Retina?
Esta enfermedad de la retina provoca una pérdida de visión progresiva y no dolorosa. La retina contiene las células, los fotorreceptores, que recogen la información sobre la luz: es decir, son el principio de cómo vemos. Hay dos tipos de fotorreceptores: los bastones, que recogen información sobre la intensidad de la luz y son los principales responsables de la visión nocturna, y los conos, que distinguen el color y son los principales responsables de la visión diurna. En casi todas las formas de ARP, las células de los bastones se ven afectadas en primer lugar, lo que provoca ceguera nocturna. Le siguen las células de los conos, que provocan ceguera diurna. Los mecanismos de degeneración de los fotorreceptores varían en función de la mutación específica que causa la ARP. Sin embargo, la lectura es la misma: el perro experimenta una lenta pérdida de visión, que a menudo conduce a la ceguera completa. La ARP es una enfermedad sutil: la mayoría de los propietarios ni siquiera saben que su perro se ha quedado ciego; puede notar que su perro es reacio a bajar las escaleras, o que choca con los marcos de las puertas o las esquinas, o que tarda mucho en coger una pelota o un juguete. Un vistazo a los ojos de su perro con luz brillante también puede revelar una lenta constricción pupilar, porque la retina ya no le dice a sus pupilas que está dejando pasar demasiada luz; sin embargo, el diagnóstico definitivo de la ARP requiere una visita al veterinario. Debido a la lenta progresión de la ARP, la mayoría de los perros se adaptan muy bien a su condición. Con el tiempo, los perros afectados pueden desarrollar cataratas, que se cree que se deben a la acumulación de especies reactivas de oxígeno y otros metabolitos tóxicos liberados por las células de la retina en proceso de degeneración. Esto puede dar lugar a otras complicaciones y requiere una estrecha vigilancia en consulta con su veterinario.